domingo, 23 de marzo de 2014

A EMILIO

Recuerdo perfectamente la primera vez que Emilio entró en clase. Con prisa, casi murmurándose a sí mismo cosas que tenía que hacer y no podía olvidar, absorto.... intentando encontrar en ese gran maletín que llevaba consigo, cargado de cosas, las fotocopias que nos había hecho para la clase... con aquella corbata verde de cachemir que me horrorizaba...
De repente alzó sus ojos hacía nosotros y dijo.... ya? Y de repente todo se había ordenado. Sus apuntes, sus fotocopias, sus resúmenes, sus mapas..... No sé el momento en el que captó mi atención, supongo que en el momento en el que, con dieciséis, diecisiete años te das cuenta que aquel que está en la tarima tiene razón, que no tienes que estudiar para aprobar.... que estudiar está bien....
Ni que decir tiene que me suspendió.... y que no lo entendí hasta mucho más tarde.... pero me hizo amar lo que hacía.
Y ahora me enfrento a este texto con el mismo miedo al que me enfrentaba a sus exámenes, no con miedo de no haber estudiado, sino de que no le gustara como había entendido sus clases, o que no le resultara interesante lo que le contaba...

Se que es algo que se dice en estos momentos, pero a mi, Emilio me cambió la vida. Recuerdo largos cafés (sólos sin azúcar) en la Ribera, donde se creaban unas situaciones de confianza que ya no se si se dan entre profesores y alumnos.... Fue el primero que me dijo que luchara por lo que era, no por lo que debía ser, que no menospreciara mis pensamientos porque no estuvieran plasmados en algún libro, y que las citas y las reflexiones célebres no sólo eran de los grandes.... «ojalá algún día te veas en un espejo como yo te veo, Raquel». Esas palabras han estado permanente en mi vida

Pero me fui del Instituto, me hice «mayor», estudié Historia del Arte, me enamoré, me desenamoré, reñí con mis padres, volvía a enamorarme, oposité..... y él siguió a mi lado, diciéndome «sigue, puedes con más», absorto, escuchando si mis profesores, colegas suyos, eran antediluvianos, o si al chico de turno no le interesaban mis excursiones por el románico.....riendo, llorando y discutiendo.... discutiendo mucho. Porque a Emilio le iba una discusión verdad? era capaz de darle la vuelta a todo con argumentos.... para acabar con esa risilla, quitándose las gafas, cuando ya veía que te tenía acorralada..... O cuando acababa dándote la razón, y te ibas para casa más ancha que larga....

A veces nos olvidamos de tanto escuchar «librería amarilla», «librería amarilla»..... que esa librería se llama mentor, y eso fue él, con que orgullo lo puedo decir: D. Emilio García Lozano fue Mi Mentor. Y aún con más orgullo digo que fue mi amigo.

La última vez que nos vimos, cruzamos pasillos por temas laborales.... un café prometido que últimamente nunca llegaba para ponernos al día, y un como que no puedes? no me digas que no vales Raquel, pero en que andas metida? tienes que ponerte.... seamos serios..... No me ves? yo aquí sigo, luchando....No ha pasado nunca un día que no haya abierto un libro, que no haya hecho una foto, que no haya escrito un texto y no haya pensado en si a él le gustaría, o si lo aprobaría....

Y así va a seguir siendo, porque no sería quien soy sin él. Emilo entendió la vida, y se le bebió a tragos, a grandes tragos, en todo lo que se propuso. Seguir adelante creyendo en lo que me enseñó será el mejor homenaje que le pueda hacer. Siempre conmigo Emilio.


TE LLEVO EN EL CORAZÓN

EMILIO GARCÍA LOZANO

Una vez me dijiste que yo era un diamante en bruto, al respecto de nuestra pasión, la escritura. Todas y cada una de las veces que he escrito algo importante en mi vida eras tu el motor Emilio, tu, sin saberlo, porque discutí contigo muchas veces pero nunca te lo dije, tu quien me movía a intentar hacerlo mejor quien resonaba en mi cabeza diciéndome, todo pasa y todo llega.
Cuando tenía un mal día me decía todo pasa, como cuando lloraba amargamente después de haberme pasado todo un mes estudiando todo y más de mis clases favoritas las de historia e historia del arte.

Cuando vivía un buen momento me decía todo llega, como tu me enseñaste, el éxito tiene dos palabras me decías: trabajo y constancia, y así eras tu... constante como no he visto otro, trabajador, motivador, orador, payaso a veces, intransigente otras... pero sobre todo LUCHADOR y así lo has sido hasta el final.

Me encantaría  darte las gracias porque me enseñaste historia toda la que se hiciste que el arte fuera lo que me ocupara durante años, que escribiera para que tu lo leyeras intentar hacerlo bien, porque para mi eras mi motor, mi ídolo. Pero sobre todo me encantaría darte las gracias porque me enseñaste aún mas de la vida, con cada reproche, cada comentario, cada burla en ocasiones. Me enseñaste que ser profesor, aparecer  cada día con un maletín y un traje de Emilio Tucci con la etiqueta para que se viera como te decía yo, para dar el pego, no es sinónimo de ser solo eso profesor, me enseñaste que si como profesor eras el mejor, aun eras mejor persona. Me escuchaste cuando más lo necesitaba, me ayudaste, me sufriste muchas veces, supiste llevarme, y sacaste los mejor de mí, hasta tal punto de llamarte papá en clase alguna vez dejándome llevar por la concentración del momento y es que de alguna forma eras como un padre para mi, me sentía protegida . Me regañabas y castigabas mas que cualquier padre a su hija adolescente.

Cuando me fui del instituto cada vez que me encontraba contigo te decía lo mucho que te echaba de menos, tu te reías y me decías que no te lo creías con la caña que me habías dado, pero creeme que era verdad.

A veces pasar profesores por nuestras vidas que significan algo, otros a los que odias, están los que te dan pena, los que te causan indiferencia, a los que coges cariño... y yo a ti no te tenía cariño era más que eso, yo te quería como se quiere a alguien a quien admiras profundamente, a alguien que te lleva al límite para finalmente decirte, ¿ves como si puedes?

Hoy yo soy profesora y pongo en lo que hago la misma pasión, que mi profesor Emilio ponía, Gracias Emilio estés donde estés, sigue cuidándonos, si alguna vez consigo que uno solo de mis alumnos me quiera como yo a ti habré cumplido mi objetivo.

TE LLEVO EN EL CORAZÓN

Recordatorios para Emilio


Cuando estas en el instituto y por la juventud que tenemos,no nos damos cuenta de lo que nos estan aportando en nuestra vida nuestros profesores.Simplemente son el "pesao" de turno que viene a darte la chapa de 1h.

Con Emilio pasaba algo raro,era el tipico profesor que era capaz a la vez de cabrearte por sus "locas" maneras de evaluarte o por sus examenes " a pillar " pero que a la vez cuando explicaba lo hacia de tal manera que te llegaba,te hacia vivir lo que estaba contandote

Yo personalmente tuve muchas "peleas" con el jejeje.Siempre pense que me tenia mania porque siempre me estaba preguntando a mi la leccion del dia anterior o en los examenes,bajo mi opinion subjetiva,me puntuaba muy por debajo de lo que yo creia que merecia,pero me hizo amar la historia y convertirse en una de las materias que siempre mejor se me dio y que menos me costaba estudiar

Ahora con el paso de los años me doy cuenta de que sus "peleas" conmigo era solamente para motivarme a estudiar historia.Creo viendolo ahora con perspectiva,que fue de los pocos profesores que supo "motivarme" para los examenes.Me picaba en mi orgullo de adolescente para decir,por mis ...... que no me va a suspender jejeje y la verdad es que siempre sacaba buena nota con el

Vivia la historia de tal manera que cuando te la contaba parecia que estabas dentro de la misma,ya que siempre introducia alguna anecdota graciosa para que no te salieras de la explicacion

Siempre recordare aquel examen de geografia de europa en el que nos "suspendio" a toda la clase con sus famosos 0 al cuadrado jejeje y que en la recuperacion de despues me lo estudie tanto solo para "darle en los dientes" y sacarle un 10 y LO CONSEGUI

Recuerdo que dejo mi examen el ultimo para entregar diciendo al comienzo que habia una persona que le habia sorprendido ya que no era habitual que le hiciesen un examen perfecto y cuando me lo entrego,con su "sarcasmo" caracteristico,mi adolescente cabecita solo podia pensar "toma te jodes"

Ahora viendolo con perspectiva ya mas adulta me doy cuenta de que era un MAESTRO con todas las letras ya que su sarcasmo era para que no perdiera las ganas de estudiar historia y motivarme a hacerlo

Descanse en paz Don Emilio y no se olvide de "motivar" a sus alumnos en el cielo como lo hacia en el instituto