A EMILIO
Recuerdo perfectamente la primera
vez que Emilio entró en clase. Con prisa, casi murmurándose a sí mismo cosas
que tenía que hacer y no podía olvidar, absorto.... intentando encontrar en ese
gran maletín que llevaba consigo, cargado de cosas, las fotocopias que nos
había hecho para la clase... con aquella corbata verde de cachemir que me
horrorizaba...
De repente alzó sus ojos hacía
nosotros y dijo.... ya? Y de repente todo se había ordenado. Sus apuntes, sus
fotocopias, sus resúmenes, sus mapas..... No sé el momento en el que captó mi
atención, supongo que en el momento en el que, con dieciséis, diecisiete años
te das cuenta que aquel que está en la tarima tiene razón, que no tienes que
estudiar para aprobar.... que estudiar está bien....
Ni que decir tiene que me
suspendió.... y que no lo entendí hasta mucho más tarde.... pero me hizo amar
lo que hacía.
Y ahora me enfrento a este texto
con el mismo miedo al que me enfrentaba a sus exámenes, no con miedo de no
haber estudiado, sino de que no le gustara como había entendido sus clases, o
que no le resultara interesante lo que le contaba...
Se que es algo que se dice en
estos momentos, pero a mi, Emilio me cambió la vida. Recuerdo largos cafés
(sólos sin azúcar) en la Ribera, donde se creaban unas situaciones de confianza
que ya no se si se dan entre profesores y alumnos.... Fue el primero que me
dijo que luchara por lo que era, no por lo que debía ser, que no menospreciara
mis pensamientos porque no estuvieran plasmados en algún libro, y que las citas
y las reflexiones célebres no sólo eran de los grandes.... «ojalá algún día te
veas en un espejo como yo te veo, Raquel». Esas palabras han estado permanente
en mi vida
Pero me fui del Instituto, me
hice «mayor», estudié Historia del Arte, me enamoré, me desenamoré, reñí con
mis padres, volvía a enamorarme, oposité..... y él siguió a mi lado, diciéndome
«sigue, puedes con más», absorto, escuchando si mis profesores, colegas suyos, eran
antediluvianos, o si al chico de turno no le interesaban mis excursiones por el
románico.....riendo, llorando y discutiendo.... discutiendo mucho. Porque a
Emilio le iba una discusión verdad? era capaz de darle la vuelta a todo con
argumentos.... para acabar con esa risilla, quitándose las gafas, cuando ya
veía que te tenía acorralada..... O cuando acababa dándote la razón, y te ibas
para casa más ancha que larga....
A veces nos olvidamos de tanto
escuchar «librería amarilla», «librería amarilla»..... que esa librería se
llama mentor, y eso fue él, con que orgullo lo puedo decir: D. Emilio García
Lozano fue Mi Mentor. Y aún con más orgullo digo que fue mi amigo.
La última vez que nos vimos,
cruzamos pasillos por temas laborales.... un café prometido que últimamente
nunca llegaba para ponernos al día, y un como que no puedes? no me digas que no
vales Raquel, pero en que andas metida? tienes que ponerte.... seamos
serios..... No me ves? yo aquí sigo, luchando....No ha pasado nunca un día que
no haya abierto un libro, que no haya hecho una foto, que no haya escrito un
texto y no haya pensado en si a él le gustaría, o si lo aprobaría....
Y así va a seguir siendo, porque
no sería quien soy sin él. Emilo entendió la vida, y se le bebió a tragos, a
grandes tragos, en todo lo que se propuso. Seguir adelante creyendo en lo que
me enseñó será el mejor homenaje que le pueda hacer. Siempre conmigo Emilio.
Querida Raquel, no te conozco, pero esas palabras que has dedicado a Emilio, a"mi Emilio"a"nuestro Emilio" me han reconfortado en el día más triste de mi vida. Me han hecho sonreír y llorar, porque veo que has captado el "alma"de esa gran persona que hasta ayer, y durante 10 años ha sido mi marido, mi amor, mi mejor amigo, un torbellino de pasión e ilusión, de voluntad, de vitalidad. No sólo ha sido vuestro ejemplo, vuestro modelo. Si marcó vuestras vidas de alguna manera, imagina como cambió la mía. Como él me decía cada día "somos los reyes del mambo" y "que se mueran los feos". Fui durante 6 años su reina del mambo, feliz, ilusionada, su alumna en arte y su maestra en ciencia. Los últimos 3 años fui su enfermera amorosa y busqué para él desesperadamente soluciones donde no las había. A las cuatro de la mañana escribía a Estados Unidos, a Israel, a cualquier lugar del mundo donde yo veía alguna ligera esperanza para su cáncer terrible. Jamás se rindió, jamás nos rendimos. He de decirte que murió à las 6 menos cuarto de la tarde del día 20... Esa noche, a las tres de la mañana se empeño, con esa fuerza de voluntad suya en venir al salón. Fue la última vez que salió de la cama, pero lo hizo como un campeón. No quiso venir en silla de ruedas, no se tenia de pie, pero seguía intentando recuperar esas fuerzas que le habían abandonado. Dónde está mi fuerza Isa? Me decía con ese vozarrón que lo llenaba todo. Volverá. .. Le mentía. Y él, para que yo no estuviese triste, hacia como que me creía. Nos costará infinito aprender a vivir sin él al lado. Lo último que me dijo, apretando fuente mi mano fue "resiste". Qué difícil cumplir su "orden"su consejo. Como vosotros, como una buena alumna lo intentaré. Pero hoy, ha sido un día terrible, ver sus cosas en casa, estáticas. Su gran cartera llena de papeles. . Su desorden sobre la mesa, con sus gafas tal y como las dejó. Sus pijamas colgados en las cuerdas secándose. .. La morfina, la maldita morfina en la mesilla aún. .y su café SOLO Y SIN AZÚCAR frio, esperándole. Por cierto! Ja ja que horrible era aquella corbata de cachemir! Nos quedan sus recuerdos, sus anécdotas, su risa, pero sobre todo, su pasión. Pasión por la vida, por el conocimiento y cómo no! ! Por sus queridos alumn@s. Con que cariño me hablaba siempre de vosotros! Mil gracias por este blog dedicado a su memoria. En algún lugar del universo le imagino con una gran sonrisa diciéndonos a todos "estos son mis chicos! Esta es mi chica! Tuve el gran privilegio de ser su mujer y vosotros el de ser su mejor obra.
ResponderEliminarDurante los tres años de lucha "yes we can" fue nuestro grito de guerra,hasta el punto que, yo le levantaba mi índice "amenazante"cuando le veía flojear algo y me decía risueño, ya ya "Michelle"...."Yes, we can". No pudo ser, pero siempre recordaré su fuerza y sus ganas de comerse el mundo. Gracias de nuevo por este blog tan bonito
ResponderEliminarno tienes q dar las gracias.yo como creador del blog me siento orgulloso de q en un momento tan delicado para vosotros os reconforte leernos
ResponderEliminarSiempre discuti con emilio xq me desesperaba la "obsesion" q tenia en "ponerme las cosas dificiles" pero ahora viendolo con perspectiva me doy cuenta de q lo unico q queria era motivarme para sacar lo mejor de mi y en eso tengo q reconocer q era el mejor
Un abrazo
Nuestra perdida no tiene punto de comparación con la tuya, debe ser muy duro por lo que estás pasando, seguro que el desde algún sitio estará sintiéndose muy orgulloso de ti. Fuerza para ti y para toda la familia.
ResponderEliminarIsa, es cierto que no nos conocemos. Mi relación con Emilio se fraguó antes de que tu aparecieras, y de conversaciones muy personales, pasamos a tener prisas, supongo que pensando, como pensamos con todo, que vamos a tener todo el tiempo del mundo....Hace años que teníamos el tiempo justo para nuestros chascarrillos, para «hacer trajes», que nos iba a los dos que no veas, y desgraciadamente nuestros temas personales se dedicaban a preguntar por la maldita salud y siempre prometiéndonos ese café que ha quedado pendiente..... pero esos ojos saltones y brillantes revelaban algo más.... siempre pensé en Emilio como alguien inquieto, creo que tuvo un tiempo que fue de acá para allá, metiendose en sus charcos, en todos los charcos que se encontraba en su camino.... Pero esos ojos brillantes revelaban que había encontrado su sitio. Tú le completaste, redondeaste su vida, diste sitio al hombre del que quizá Emilio se había olvidado con tanta cátedra, tantas investigaciones, tantos papeles.... Muchas veces habíamos debatido, discutido.... sobre si gente tan inquieta como nosotros, tan de «sacarle punta a todo», tan de utopías que ya no existen....podríamos encontrar la felicidad completa.... y esta vez Emilio se ha ido ganándome de nuevo en la discusión. Fue féliz, y se ha ido en paz. Y se va dejando aquí un cacho en el que cabemos todos, tan generoso como siempre, sin miedo a compartirse tal y como era. Un beso en estos momentos, tendremos tiempo de hablar, te ofrezco ese café sólo sin azúcar que le debía a él.
ResponderEliminarMe alegro Isabel que puedas comprobar desde éste blog el cariño y la admiración por Emilio, y los recuerdos tan bien plasmados como los ha escrito Raquel.
ResponderEliminarSi bien sé algo, es que cuando te conocí pensé...- "Es la mujer perfecta para Emilio".
Con las mismas inquietudes y vitalidad. Cuando me enteré de vuestro enlace os llamé para desearos de veras una vida larga en común. Al fin y al cabo os lo merecíais. Pero la vida a veces no es justa y nos da golpes terribles.
Pero quédate con los buenos momentos que habéis vivido.
Un besito y cuidate mucho.
Carolina
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